Alberto Osorio
Desde El Búnker
Sábado 07 de septiembre de 2024.- El Parián de Tlaquepaque, reconocido como la cantina más grande de México, sólo unas cuantas veces ha cerrado totalmente sus puertas en toda su historia, y esta vez ocurre dos semanas antes de las fiestas patrias del 15 de septiembre de 2024.
La pandemia del Covid provocó dos años de cierre intermitente ante el riesgo de contagios.
La semana que concluye, el colapso y derrumbe de una de las bóvedas del inmueble provocó su clausura y dejó de manifiesto la falta de mantenimiento por parte de los particulares que hacen uso de ese espacio público y la enorme negligencia en la supervisión de las autoridades municipales.
Los escombros sobre mesas y equipales son el reflejo de un derrumbe que pudo terminar en tragedia y en muertes de visitantes.
El Parián, aunque casi nadie lo sepa, es parte del patrimonio de la comuna alfarera del que sacan jugosas ganancias cantineros y meseros.
La información oficial indica que su construcción inició el 22 de julio de 1878 y en realidad era la plaza principal que contaba con su propio quiosco; esa parte estaba dotada de una picota donde se castigaba a los infractores de la ley, según costumbre traída de España.
Parián es un vocablo filipino que significa “mercado”.
En plena era porfirista (1905) aparecieron en el Parián las primeras cantinas que operaban en la parte de afuera del inmueble, destinada a la venta de artesanías.
49 años después del inicio de su construcción, en 1927, durante el pleno conflicto por la cristiada, aparece en el lugar el mariachi, un grupo de música popular que por cierto no era bien recibido por las familias de la alta sociedad tlaquepaquense de esa época.
El Parián fue uno de los primeros lugares de la zona metropolitana adonde llegó la luz eléctrica, dado que en Tlaquepaque vivían integrantes de acaudaladas familias que buscaban en esta villa su lugar de descanso.
Las primeras cantinas tenían sólo mesas y sillas de madera de las llamadas de tijera, fue hasta poco después cuando llegó a ese lugar el famoso equipal, un asiento extremadamente cómodo donde el visitante puede estar horas y horas a sus anchas, escuchando el mariachi y tomando tequila.
Tras el derrumbe de la semana que concluye cayeron del techo varias vigas de acero que en realidad eran parte de los rieles del tranvía que transitaba entre Guadalajara y Tlaquepaque, y que fueron usadas para consolidar la estructura de ese inmueble.
Frente al Parián, en 1941, el salón Moctezuma fue el escenario para la grabación de la película “Ay Jalisco, no te rajes”, protagonizada por Jorge Negrete y otras estrellas del cine mexicano.
Al cierre del Parián quedan varado, sen forma momentánea, 600 trabajadores, entre meseros, cantineros, personal de aseo y otros prestadores de servicio.
Según datos del propio ayuntamiento de Tlaquepaque, en un fin de semana de alta afluencia turística, al Parián y sus alrededores llegan más de 600 mil visitantes.
Sin embargo, tras el cierre temporal de ese lugar vale la pena recordar que quienes acuden a consumir tequila al Parián y a gozar de la música de mariachi, deben revisar frecuentemente las cuentas de consumo, ante las constantes denuncias por abuso en los cobros.