Con su imagen de rockstar, en semana de Pascua, el gobernador Pablo Lemus lanza una promesa difícil de creer. Promete hacer lo que para muchos ha resultado imposible en la última década, que en mes y medio pacificará el territorio bravo del municipio de Teocaltiche. Acaso él sí domará a la delincuencia organizada de dos grupos en un territorio donde Alfaro y Aristóteles fracasaron?