Colaboración: Sergio Velasco
Descanse en paz Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco (17 de diciembre 1936-21 de abril 2025).
El arzobispo de Buenos Aires se convirtió en el primer papa americano de la historia y murió la mañana de este lunes en Roma (madrugada para México).

Tenía 76 años cuando asumió su nombramiento como cabeza de la iglesia católica.
Su papado se caracterizó por su lucha al interior de la iglesia, en contra de los abusos, los prejuicios hacia los grupos vulnerables y abogó por una vida religiosa cercana a la humildad y a la pobreza.
Durante su juventud, Bergoglio se diplomó como técnico químico, y eligió luego el camino del sacerdocio entrando en el seminario diocesano de Villa Devoto.
El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús. Completó los estudios de humanidades en Chile y en 1963, al regresar a Argentina, se licenció en filosofía en el Colegio San José, de San Miguel.
Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas materias en el Colegio del Salvador en Buenos Aires. De 1967 a 1970 estudió teología en el Colegio San José, y obtuvo la licenciatura.
El 31 de julio de 1973 fue elegido provincial de los jesuitas de Argentina, tarea que desempeñó durante seis años. Después reanudó el trabajo en el campo universitario y entre 1980 y 1986 es de nuevo rector del colegio de San José, además de párroco en San Miguel. En marzo de 1986 se traslada a Alemania para ultimar la tesis doctoral; posteriormente los superiores le envían al colegio del Salvador en Buenos Aires y después a la iglesia de la Compañía de la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor.
En octubre de 2001 es nombrado relator general adjunto para la décima asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, dedicada al ministerio episcopal, encargo recibido en el último momento en sustitución del cardenal Edward Michael Egan, arzobispo de Nueva York, de presencia necesaria en su país a causa de los ataques terroristas del 11 de septiembre. En el Sínodo subraya en particular la «misión profética del obispo», su «ser profeta de justicia», su deber de «predicar incesantemente» la doctrina social de la Iglesia, pero también de «expresar un juicio auténtico en materia de fe y de moral».
Tras la renuncia de Benedicto XVI, y durante el cónclave, el 13 de marzo de 2013 Jorge Bergoglio fue elegido Papa. Adoptó el nombre de Francisco y desde su primera aparición emocionó a sus feligreses, a quienes pidió: “Recen por mí”, frase que retomó hace exactamente dos meses, cuando se mantenía internado en el hospital Gemelli desde el 14 de febrero con una neumonía bilateral, que lo mantuvo 38 días hospitalizado.
Alguna vez, luego de probar una galletas que la periodista mexicana Valentina Alazraki le preparó en Roma, el papá le agradeció con un mensaje en una servilleta: “le hemos dado santa sepultura a tus galletas, muy sabrosas”, haciendo gala de su permanente buen humor.
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