La verificación sale de caza: “Ya atoraron a un cristiano en Jesús Urueta”

 

 

Desde el Búnker

 

Miércoles 15 de mayo de 2024.- El gobierno emecista de Enrique Alfaro decide reforzar sus acciones contra los carros viejos y sale a la calle para dedicarse a sancionar carros viejos y uno que otro de modelo reciente para “taparle el ojo al macho”, como se dice coloquialmente.

 

El operativo es contra aquellos que no han pasado la llamada “Verificación Responsable”, misma que los ciudadanos han bautizado como la “verificación recaudatoria” o el negocio de los naranjas, debido a que la mayor parte de las ganancias de ese programa terminan en bolsillo de particulares.

 

La diputada del partido Futuro, Susana de la Rosa denunció que ese programa lejos de beneficiar a la sociedad, era un negocio para el gobierno de Jalisco y sus proveedores debido a que de cada 10 pesos que se obtienen con la verificación, 8 pesos con cincuenta centavos terminan para el prestador del servicio y apenas un peso con cincuenta centavos se destinan a proyectos ambientales.

 

En sus declaraciones dadas el 13 de septiembre de 2023 al Diario NTR, Susana de la Rosa advirtió que habían juntado de parte de los ciudadanos, más de 4 mil firmas contra el negocio de la verificación. También en 2023, el ayuntamiento morenista de Puerto Vallarta procedió a clausurar uno de los verifi-centros que operaban en esa ciudad de manera momentánea, al considerar que se trataba de un asunto que en realidad no beneficiaba a la población.

 

A pesar de todo el negocio sigue, tal como ahora se ve.

 

A la autoridad poco le importa la contaminación que genera ante la falta de sincronización de semáforos en calles y avenidas en toda la zona metropolitana, parece no darse cuenta de los atorones y el congestionamiento que se registran en casi todo el día.

 

Las principales rutas de circulación en Guadalajara terminan convertidas en las perores vías para transita, entrar o salir de la ciudad:

Avenida López Mateos, el Periférico en sus cuatro puntos cardinales, Lázaro Cárdena, Gobernador Curiel, carretera a Vallarta o carretera a Chapala por el rumbo del aeropuerto son el mejor ejemplo de que los emecistas resultaron muy cobrones con el programa de la verificación, pero ineptos para dar respuesta de fondo ante las grandes necesidades de movilidad y desplazamiento que tiene la segunda ciudad más importante de México.

 

Además de eso, la marca  y el distintivo de los naranjas se comprueba con la forma en que autoridades estatales y municipales han decidido reducir las zonas de rodamiento para los vehículos y estrangular calles y avenidas como nunca antes se había visto en los últimos 60 años, en Guadalajara, en un asunto en donde existen gran cantidad de pequeñas obras de relumbrón y que repercuten en congestionamientos y la producción de miles de toneladas de contaminantes que se lanzan a la atmosfera, por todo el tiempo en que los vehículos circulan a vuelta de rueda.

 

Por si eso fuera poco, son decenas de calles y avenidas que se hicieron más estrechas, muchas que antes eran de 3 carriles, ahora están convertidas en vías dos carriles, sus intersecciones fueron reducidas y le pusieron banquetones o bolardos. En algunas zonas de la ciudad las famosas ciclovía en su mayoría son utilizadas por motociclistas.

 

Otro de los grandes negocios descubiertos al amparo de los gobiernos naranjas es la privatización o concesión del servicio de estacionamiento en la calle, a través de una plataforma digital que trabaja todos los días, en casi todo el centro de Guadalajara, y en donde también queda en evidencia que para las autoridades estatales y municipales, el automovilista más que ser un ciudadano que paga impuestos y ejerce sus derechos democráticos, es un gran generador de recursos o la concesión del estacionamiento de Plaza de la Liberación que causa mucho malestar entre los usuarios.

 

Sobre la Verificación Responsable, la ley de Movilidad Vial establece una sanción por no cubrir con ese trámite de 2 mil 74 pesos y aunque se ofrece la posibilidad de condonar esa sanción, si se acude en los siguientes 30 días a la verificación después de ser multado, el costo de ese servicio es de 500 pesos y en los verifi-centros a los carros le revisan hasta las llantas o la carrocería, en un asunto que no forzosamente tiene que ver con la emisión de contaminantes del motor.

 

Lo que no dice la autoridad es que el rechazo de los ciudadanos a esa forma de negocio es de tal nivel que desde que se puso en marcha, desde 2021, en ningún momento la verificación ha logrado una respuesta de más de 20 por ciento de los automovilistas.

 

En forma desesperada y a través de sus redes sociales los propios conductores, en diversas partes del área metropolitana, advierten a sus amigos o conocidos de los operativos de caza: “Patrulla de verificación recorriendo puente de Periférico Nuevo hasta La Cruz”, se advierte en uno de los chats. “En Mariano Otero, a la altura de Plaza del Sol, hacia la Expo (Guadalajara), truchas…”.

 

Otro conductor se queja: “Ya atoraron a un cristiano en Jesús Urueta”, cerca de la Preparatoria 2 de la UdeG, por el Sector Libertad.

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