Alberto Osorio
Desde El Búnker
Martes 28 de mayo de 2024.- La histeria, los desacuerdos y hasta los pleitos entre personas que no se dejan intimidar por quienes pretenden imponer su creencia, su religión o su ideología, está en todo su apogeo cuando solo faltan 05 días para las elecciones del 02 de junio de 2024.
En Jalisco parece un pleito entre católicos y liberales, entre los que creen en el diablo y el comunismo o entre quienes consideran que se debe de ejercer en libertad los derechos democráticos de los ciudadanos el día de los comicios, independientemente de su religión o su filia partidista.
Aquí la muestra de un desencuentro entre el afamado escritor jalisciense, Dante Medina y entre el autor de la canción “Jacinto Cenobio”, Pancho Madrigal, usted saque sus propias conclusiones:
Carta de Dante Medina a Pancho Madrigal
El amor en tiempos de elecciones
27 de mayo de 2027
Gracias, Pancho, por despreciar cuarenta años de amistad en la que pasamos por todo, sólo por pensar diferente.
No enumeraré todo lo que me debes, puesto que tú sabes lo mucho que es, desde lo laboral hasta lo académico. Lo que yo te debo, te toca enumerarlo a ti.
Te diría que no sé de donde viene tu repentina enemistad hacia mí, pero sí sé que viene de tu infundado e ilógico amor por un loco, AMLO, y de mi pensamiento claro (manera de pensar con la que te conocí y luego caíste en la enfermedad llamada 4T): Es el peor presidente de México y está destruyendo al país, humillando y arruinando a los más pobres, y enemistándonos a todos.
La prueba: tú y yo hemos pasado por muchos presidentes, y ninguno había logrado ni siquiera debilitar nuestra amistad. Este loco y enfermo, que te ha infectado el corazón, lo consiguió. Yo lo lamento mucho, y espero que tú, en el fondo de lo que no le confiesas a tu corazón, lo lamentes también: muchos años de cariño, muchas complicidades, se desbarrancan.
Me duele comprobar lo frágiles que somos ante la historia. Mira.
Si esto hubiera pasado:
En el siglo XV me hubieras mandado a la hoguera.
En el siglo XVIII me hubieras mandado a la guillotina.
En el siglo XIX me hubieras mandado fusilar.
En el siglo XX me hubieras mandado a la cárcel.
En el siglo XXI me hubieras despedido de mi empleo.
Ahora, en 2024, mal menor, y cosa minúscula (salvo los años de tu amistad que tanto aprecié), me echas del CHAT del Seminario de Cultura Mexicana, asociación cultural a la que pertenezco.
¡Qué bueno que mi seguridad no dependiera de un enemigo sino de un amigo!
Es hora de reírse, Don Pancho, amigo cómico, nosotros que juntos tantas veces dijimos que nosotros no hacíamos chistes sino comicidad, no juegos de palabras sino juegos con palabras. ¡Cuántos elogios valiosísimos nos escribimos, sinceros, sobre nuestras obras mutuas! ¡Cuánto aprendimos uno del otro!
Don Pancho:
A falta de la hoguera del siglo XV, a falta de la guillotina del XVIII, a falta del fusilamiento del XIX, a falta de la cárcel del XX, a falta de despedirme del XXI, sé que me bloquearás de tu WA. Nunca, y no sé cómo se te pudo olvidar, me callarás. Nunca me callarás. ¿Tanto miedo te da mi palabra que haces todo lo que puedes para callarme? Nadie, a lo largo de mi larga vida, me ha callado. Seguiré hablando, te lo aseguro.
Si gana Claudia, le heredarás a tu nieta la miseria.
Si gana Xóchitl, le heredarás a ti nieta la esperanza.
Finalmente, Don Pancho: mi corazón tiene una debilidad, la constancia.
Nunca dejará de querer al Pancho al que quise.
Dante Medina
Aquí la respuesta de Pancho Madrigal:
Dante, yo no te eché del chat. No tengo esa autoridad.
Fue tu necedad de insistir en intoxicarlo con politiquería barata, cuando todos los miembros habíamos acordado mantenerlo libre de odios. Varias veces se te dijo que no insistieras y de manera prepotente te burlaste de los reclamos.
Yo tengo relación con gente de todos los credos e ideologías, y siempre nos respetamos. Cada quien votará por quien crea conveniente. Pero insistir en adoctrinar a un organismo tan heterogéneo es absurdo.
Así como tú no quieres a Morena, muchos no queremos regresar a los que verdaderamente destruyeron y vendieron el país. Yo no tengo nada contra ti, y no soy tu enemigo.
Simplemente tenemos diferentes ideologías, y cada quien defiende la suya. Te debo cosas, y lo sé. Pero eso no me hace incondicional.
Tú no me debes nada, porque yo no les llevo cuentas a los amigos. Y créeme que, aunque te reclame desacuerdos (siempre lo he hecho), te sigo considerando amigo. Para eso no se necesita ser incondicional.
