La crónica de Ixmael Galván
Sábado 06 de julio de 2024.- Siempre está presente mi Padre, Jesús Galván Díaz, “Don Chuy”, “Chancanché”, “Bozo”. Siempre muy platicador y dicharachero: “Esa bolita es pa’robar”, decía. “Así le dijeron a mi hermana y nomás le hicieron cinco chamacos”. “Póngale el gorrito al niño, no me lo hagan enojar”. “No se hagan p… como la mamá del muerto para no dar café”.
“Cúrensela porque se engusana” y “chuuuuupen bozos”. Esas frases que a todos les decía en el barrio de San Andrés y la 74, ese era “Don Chuy”.
Él nació en Valle de Guadalupe (en1941), que antes de ser municipio pertenecía a Tepatitlán, en Los Altos Sur. Ahí vivió su infancia cuidando chivas en el monte y comiendo tunas cuando los nopales daban su fruto.
Trabajó de coime en el billar del pueblo, de joven a los 15 años, se vino a vivir a Guadalajara con su hermana al barrio de San Juan Bosco, ahí le enseñaron el oficio de pespuntador y posteriormente a hacer huaraches de dama y zapatillas, también cayó al billar de la 58 esquina con Federación.
Destacó entre la palomilla por sus habilidades, pues tenía mucha práctica en la carambola de tres bandas, pero su especialidad, sin lugar a dudas, eran en las libres, podía hacer series de hasta 200 carambolas libres sin perder el tiro.
Vendió camarones, tortas y tostadas al estilo San Juan Bosco, tacos de carnitas, lonches, tuvo un taller de zapatos durante muchos años, una tienda de abarrotes, un billar allá cerca de Tonalá, atendió un local de huaraches allá también. Sus últimos años los pasó en tienda de abarrotes. Preparaba sus botanas diario, especialmente de mariscos, ceviche, pata de mula, huevos de caguama, de carnitas o buche, o de tripas.
Tiempo después se casó con mi madre Celina Sandoval Mejía y cayeron a vivir a la 74, fincando su casa desde cero en un lote baldío, como era común en la época. Fincó la vivienda con bardas de adobe, así era la costumbre.
Mi madre nació en Yahualica, en 1945. Ella en su juventud vivía en el barrio de Talpita y trabajaba en una tortillería, en San Juan Bosco. Ahí conoció a mi padre Jesús Galván Díaz.
Mis padres se conocieron en ese rumbo y se casaron en el templo de San Juan Bosco. El lote que adquirieron en la calle 74 número 314 es en lo que es hoy la avenida Francisco Sarabia en el sector Libertad. Desde 1963 fue su barrio y creció ahí su familia.
Del matrimonio de mis padres nacieron 6 hijos de los cuales sobreviven 5.
“Don Chuy” siempre estaba acompañado de gran amigo “Don Pedro”, él acostumbraba a fumar, era imposible verlo sin sus cigarros Raleigh, como se acostumbraba en aquellos años.
Estudiaron todos sus hijos en la escuela primaria Lázaro Cárdenas ubicada en las calles Obregón y Felipe Ángeles, en el barrio de San Andrés, ese barrio que ha sido cuna de grandes mariachis y conjuntos musicales como Azucena la de Jalisco y Los Fredy’s, ahí se avecindaron también los primeros integrantes del mariachi Vargas de Tecalitlán o integrantes de la temible banda como Los Vikingos y hasta la Liga Comunista 23 de Septiembre.
También de ahí, de ese barrio de San Andrés es el que inició como manager del boxeador Saúl “Canelo” Álvarez, José “Chapo” Reynoso, quien a su vez fue mi padrino de primera comunión. Aquí en esta imagen él junto a mis padres.
A 22 años de su partida aún lo recordamos en el barrio. Por estos días mi padre estaría cumpliendo 83 años.
En donde esté, seguro que la está pasando bien, con sus canciones de “Los Hermanos Záizar” o de “Las Jilguerillas”, Don Chuy siempre cantaba las canciones de esos artistas con alegría que contagiaba y que seguirá contagiando.