Alguien desde las altas esferas del gobierno federal o local, debe marcar un alto y parar la ola de muertes o agresiones contra candidatos y periodistas. Con toda objetividad se debe marcar aquellos sitios de alto riesgo. El asesinato de Gisela Gaytán, la abanderada de Morena para Celaya, en Guanajuato, se suma a los crímenes cometidos en Jalisco contra aspirantes como el de Pihuamo o Mascota, y hasta el secuestro del periodista Jaime Barrera. Esto cada vez se parece más a la Colombia del llamado “Patrón del Mal”, Pablo Escobar, en 80’s. Lo que ahora se vive en México es un verdadero desafío al Estado de paz, en el que se supone vivimos los mexicanos.