Arcadio Madera y Antonio Arteaga/Cuarto de Guerra
Huejuquilla el Alto, Jal., 28 de marzo de 2024.- Paisanos y familiares de Huejuqilla el Alto Jalisco, por este medio de comunicación, les mandamos un cordial saludo de Cuaresma y Semana Santa.
Si usted vive o está de visita en el pueblo, pues que disfrute de la quietud que hay en estos días en muchos hogares, pero si asiste a los eventos relacionados con la Judea en vivo -la tradición pagana más grande del pueblo-, sobre todo, para quienes viven fuera de él, pues prepárese para lo que sea. Aquí todo puede pasar.
En Huejuquilla el Alto, Jalisco, se celebran tres eventos muy importantes en el año: Los festejos de Navidad y Año Nuevo (primero de enero, según se le conocía antiguamente a esta fecha), en honor al Divino Preso, patrono del lugar.
El otro evento, es la veneración a la Virgen María Auxiliadora, y finalmente, la semana mayor o Semana Santa.
Antiguamente, en este pueblo se acostumbraba reunirse toda la familia en dichas fechas; desde abuelos, primos, tíos y demás familiares ya que no había tanta migración.
En época de lluvias, se sembraba los barbechos y tramos de tierra, ya fuesen propias o a medias. Se tenía lo básico y todos contentos, pero pasó un fenómeno, entre 1965 y 1970.
Siendo muy jóvenes, los muchachos empezaron a emigrar y distintas latitudes, especialmente a los Estados Unidos. El arado quedó abandonado.
Por esta razón, muchas comunidades están abandonadas hasta nuestros días; muchos de nuestros mayores, entre abuelos, padres y tíos, salieron de su pueblo para no volver, lamentablemente, de esa generación, ya quedan muy pocos. Casi todos han muerto o están muy ancianos. Pero así es la vida, navegar y navegar.
En Huejuquilla el Alto Jalisco, su gente añora la vida de antes cuando todos o casi todos éramos pobres pero felices.
De las COMIDAS TÍPICAS del Huejuquilla de ayer, es el caldo o guisado de temachaca. Se trata de un preparado en calo caliente parecido al caldo de “camarón ranchero” ya que es ideal para curarle la cruda al más trasnochado.
Luego, las enchiladas rojas con queso seco, elaborado con el estilo único de este pueblo.
Dentro de las comidas típicas, está la sopa de guachal que consiste en el guisado de elote cocido y seco.
La preparación es la siguiente: primero de cuecen los elotes y ya cocidos, se pelan el y se mancuernan para ponerse a secar al sol porque así no se echan a perder, siempre que no se humedezcan. En tiempo de secas o cuando no hay elotes, se quiebra el grano seco y se remojan los granos para procefer al preparado del guiso, con tomate y cebolla, ajo y azafrán. Muy rico este platillo pero ya poco se acostumbra.
Otra comida es la salsa o guisado con guajes, huache o “guais”, según el lenguaje wixárika. Con este aditamento los patoles (frijoles) de la olla, dijera el cronista de los coleaderos y eventos charros, Toño Caldera, “no vengo por hambre, ya la traigo”.
Todas estas costumbres han cambiad; las nuevas generaciones ya no procuran todo esto. Cuándo vamos a ver hoy día a un chamaco comiendo mezquites o agrícolas, xoconoxtles o tunas? Las nuevas generaciones ya muy poco consumen esos alimentos.
Otra comida típica de Huejuquilla eran los caldos de res, o cocido. En el restaurante de don Leandro Madera se preparaba este cocido con un sabor único.
Otros antojitos que siguen gustando mucho, son los tamalitos de masa, muy ricos, por cierto.
Volviendo a la Judea, este evento, inicia fuertemente desde el miércoles, con la Judea para niños. A los pequeños, los pintan de manera muy llamativa. Hay un personaje que es el “cuero de cochino” el cual usa una máscara figurando una cara de cerdo, usa un látigo, para quien guste “torearlo”.
Ya lo fuerte viene siendo la Judea de adultos, donde por igual, el “cuero de cochino”, tiende a chirreonazos a quien guste torear
Aquí, el público se divierte de lo lindo. Es todo un espectáculo que viven propios y extraños.
