Alberto Osorio
Desde El Búnker
Miércoles 23 de abril de 2025.- Se le acabó el tiempo al Papa Francisco y le faltaron días a su vida para ver coronados los grandes cambios que impulsó al interior de la iglesia católica, a pesar de la tendencia ultraconservadora por parte de muchos de sus críticos, esos jerarcas que desde su pedestal –entre quienes se encuentran Juan Sandoval Íñiguez-, se han caracterizado por sus posiciones fuera de la realidad que vive el mundo y que lejos de colocar a la Iglesia a tono con lo que demandan los tiempos actuales, la dejan anquilosada, fuera de tiempo (como en el Siglo XVI) y lejos del verdadero acercamiento con los pobres y de los sectores vulnerables de la sociedad.
¡Qué pena!, cuando recién iniciaba la ceremonia del sepelio del Papa Francisco, sus detractores, con poco respeto por el Papa muerto, decidieron abrir fuego contra su figura y contra su obra.
Desde la plataforma de Latinus, el polémico cardenal emérito, Juan Sandoval Iñiguez, aprovechó la oportunidad para cuestionar al recién fallecido, al ser entrevistado por el exconductor de Televisa, Carlos Loret de Mola:
¿Cree usted que la Iglesia católica le puso un alto al Papa Francisco?, preguntaba Loret al cuestionar la apertura del prelado en temas relacionados con el reconocimiento de la Iglesia a la comunidad LGTB o temas de la agenda de género, en donde se incluye el movimiento feminista y la postura proabortista:
“La iglesia como tal no (no le puso un alto), algunos lo cuestionamos y yo fui uno de ellos. Yo fui uno de los cinco firmantes de ese (inaudible) que se referían a esas cuestiones un poquito avanzadas, que quieren complacer al mundo actual, pero que tal vez no van muy de acuerdo con la doctrina de Cristo y con el evangelio”, respondió Sandoval Íñiguez.
Pero ni el entrevistador, ni el entrevistado optaron por recordar el trabajo de Francisco en el acompañamiento a los más pobres, o por sus denuncias ante la crisis humanitaria por el tema la migración. Menos hablaron sobre las declaraciones de Javier Miley, el hoy presidente de Argentina, que acusaba a su paisano -el Papa Francisco- de ser el anticristo, o el enviado del mal en la tierra.
Olvidaron que cuando fue representante de los Jesuitas en Argentina y tras el golpe militar en la década de los setentas, Javier Bergoglio se dio a la tarea de rescatar a cientos de jóvenes que eran perseguidos y en muchos casos desaparecidos por la junta militar, tras atreverse a cuestionar la violencia desatada por los militares.
Sandoval, optó por dejar en segundo terminó la parte humanitaria de la obra del Papa Francisco. Juan Sandoval sólo cuestionó lo que, a su juicio, fue la parte más vulnerable de su papado.
Juan Sandoval Iñiguez no quiso hablar la virtud del hombre que en su apostolado optó por calzar zapatos viejos para caminar al lado de los pobres. Cómo olvidar que contrario a la sencillez del papa argentino, Sandoval antes de ser declarado cardenal emérito, se quedó con la casa cardenalicia o la quinta de Tlaquepaque y se negó a dejársela al cardenal Francisco Robles.