Desde El Búnker
Alberto Osorio
Viernes 06 de diciembre de 2024.- El relevo en Casa Jalisco pocas veces ha sido tan deseado por los medios de comunicación y los reporteros, tal como ahora ocurre con el retiro del gobernador saliente y el arribo del Pablo Lemus en calidad de gobernador constitucional.
En las últimas dos semanas el diario Mural se ha encargado de difundir una especie de radiografía del desastre que deja Enrique Alfaro en materia de seguridad pública y en donde se demuestra, desde la estadística oficial, cómo fue que el número de homicidios –en Jalisco- creció en los últimos seis años más de 50 por ciento.
NTR, otros de los medios de la entidad exhibe hace unos días el gran negocio del gobierno de Enrique, desarrollado al amparo de la propaganda oficial con empresas de video a las que Enrique hizo ricas y desde las cuales se desarrolló con pleno éxito el concepto de mensaje propagandístico.
Sus cuates le hicieron un traje a la medida de la arrogancia del mandatario, le pusieron un banquito en la mano, lo hincaron para presumirlo como un ser sensible y creyente, en el intento de ocultar el nivel de arrogancia del mandatario que se va y quien respondía de manera feroz a la crítica en su contra.
Incluso Enrique llegó al extremo de acusar de extorsionador al diario El Informador, un medio conservador de la familia Álvarez del Castillo que en su política editorial siempre deja de manifiesto que su línea es siempre estar con el gobernante en turno. A Enrique le molestó que ese diario publicara detalles del fracaso de la bio-remediación del río Santiago.
Otros momentos de tensión con los medios es cuando la prensa se atreve a cuestionar la crisis humanitaria por el tema de los desaparecidos, el tema de la inseguridad, los negocios inmobiliarios y la falta de transparencia en su gestión.
En la visión del mandatario que se va, en Jalisco proliferan “periódicos basura”, reporteros enviados a golpear, o con diarios extorsionadores, pero nada dice de las empresas de video o de los medios que hasta el último segundo de su mandato vivieron a sus pies y acallados con cientos de millones de pesos invertidos en la imagen de un gobernante que creyó que se puede cambiar la realidad a partir de un video con musiquita que a su juicio, marcaron el éxito y prosperidad de un estado que solo existe en su mente.
Pregúntese usted, ¿cuánto se gastó el gobierno de Enrique en sueldo de policías y vigilantes por cuidar edificios que lucieron secuestrados en la administración de Enrique? La imagen que deja como la foto de edificios públicos blindados, tras un golpe de estado.
Ojalá y de toda esa sarta de errores cometidos por el mandatario que se va, el nuevo mandatario, Pablo Lemus aprenda en cabeza ajena y busque rectificar las barbaridades cometidas por Enrique y busque formas más adecuadas para comunicarse con los medios.
