Alberto Osorio
Desde EL Búnker
Jueves 30 de mayo de 2024.- Todos aquellos que han transitado o trabajado desde cualquier parte de la estructura y al servicio de Radio Universidad de Guadalajara, seguro respiran o han respirado aire de libertad.
Otros, por sí mismos o inducidos, se han visto presos de la autocensura. Algunos tienen la osadía de confesar –al aire– que lejos de atreverse a ser la voz de maestros o ciudadanos afectados por alguna causa, dicen públicamente que “tienen un cheque en hocico”.
Radio Universidad siempre será un santuario de soñadores, para los que creen que la trova nunca deberá de irse o para los que todavía reclaman la reducción impuesta a la música formal o el canto de los grandes maestros de talla universal.
En el lado profundo de sus raíces y su misión, Radio UdeG es de las emisoras públicas más importantes de todo México. Por su filosofía y su trabajo, seguro está en la lista –aunque sea al final- de muchas otras emisoras que han marcado pauta en el mundo, como BBC de Londres o la DW de Alemania.
¿Cuántos de los personajes que por ahí pasaron debieron ser nombrados -al menos por 24 horas- directores eméritos de la cincuentenaria emisora?
Cómo olvidar la majestuosa voz de Álvaro González de Mendoza y el conocimiento de casi todo tipo de temas que abordaba y su programa, “Déjame que te cuente”.
Imposible no recordar a Hugo Gutiérrez Vega, el gran maestro, dramaturgo y hombre consagrado al teatro y a la difusión de la cultura.
Una de las últimas veces que logré contactar al maestro Gutiérrez Vega, recibió la llamada en la embajada de México en Grecia. El Financiero había pedido al corresponsal en Guadalajara que buscara a ese intelectual y que el hombre confirmara o negara, con su propio testimonio, la agresión a chicotazos ocurrida de parte del panista Diego Fernández de Ceballos, alias “El Jefe”, cuando Gutiérrez Vega era rector de la Universidad Autónoma de Querétaro y el ala conservadora, la ultraderecha y sus aliados, acusaban a Hugo Gutiérrez de ser un comunista.
De manera amable Hugo dijo al reportero: “Mire Alberto, no es tiempo para hablar de ese asunto, ya habrá otro momento”, y la entrevista se acabó.
En la década de los 90´s, a alguien en la Universidad de Guadalajara se le ocurrió que era tiempo de cerrar los noticieros de radio. Se consideraba que el equipo de noticias estaba “muy suelto” y se hacía “mucho ruido” en la élite política.
En febrero del 95, Radio UdeG, mientras muchas otras emisoras ponían música como de supermercado o quizás de suspenso y cuando se vivía el final de la jornada electoral de ese año, los noticieros de Radio Universidad informaban sobre la derrota histórica del PRI frente al PAN y la llegada de Alberto Cárdenas Jiménez a Casa Jalisco.
En el momento del anuncio de ese tránsito democrático en Jalisco, ahí estaba Sergio Velasco, el entrañable “Torito”, sacando la casta por todas y todos los que estaban en el equipo de noticias, que con recursos o sin ellos, sabían cubrir la información que le importaba a su audiencia y los reporteros siempre sabían colocarse en el lado donde tronaba la historia, muchas veces por encima de la visión del jefe de información.
La noche del cinco de febrero del 95 con el triunfo de Alberto Cárdenas, los panistas reproducían en los altavoces, instalados en la glorieta de “La Minerva”, la transmisión especial de Radio UdeG, muchos de esos mismos panistas después se convirtieron en odiadores profesionales de Radio UdeG, cuando llegaron al gobierno.
En el 22 de abril de 1992, Radio Universidad fue una de las más importantes emisoras que supo acompañar a los damnificados por las explosiones en el Sector Reforma, en forma valiente y sin miedo a la censura.
En ese entonces los reporteros, los conductores, los directivos y los técnicos de Radio UdeG, comprobaron que cuando el gobierno quiere, apaga y anula una voz que incomoda, así eran esos tiempos.
Al cumplirse medio siglo de trabajo de Radio Universidad, es tiempo de conmemorar lo bueno, recordar sus luchas y quizás sus derrotas. Igual es momento para presumir los logros y para reflexionar sobre aquellos retos que enfrenta una emisora permisionada, de carácter público y de cara a los otros 50 que años que ahora inician.
Es tiempo de analizar y discutir con responsabilidad sobre la importancia de ser portavoz de los universitarios y saber acompañar a la población en sus problemas y en sus festejos.
Un fuerte abrazo a todas y todos los que hoy forman el equipo de trabajo de la radio de los universitarios.